Enseñando a leer en Internet: pantalla y papel en las aulas, es un libro producto de una investigación coordinada por Flora Perelman, que se propuso por un lado, identificar las prácticas de lectura del estudiante que consulta Internet en el aula, y por otro lado, diseñar y poner a prueba situaciones didácticas que propicien la lectura crítica de las fuentes a las que se accede.
Llegué a él, por recomendación de una de sus autoras, en una reunión de trabajo en la que justamente conversábamos acerca del desafío que implica la búsqueda de información en internet.
Resulta un material muy completo ya que ofrece algunos conceptos claves para entender cómo funcionan los buscadores y las características de la información que puede encontrarse en internet, además, presenta y ejemplifica con diversas situaciones de enseñanza reales y finalmente ofrece algunas pistas muy interesantes para abordar esta cuestión en el aula.
El libro hace un abordaje de la cuestión entendiendo a la búsqueda y selección de información en internet como una de las prácticas del lenguaje esenciales en la formación de nuestros alumnos.
La búsqueda en internet es entonces una lectura y como tal, es una práctica social, histórica, cultural, cognitiva y lingüística. La búsqueda está determinada por el contexto, por los propósitos de búsqueda y, por supuesto, por los contenidos. No es lo mismo buscar un tema de ciencias sociales que uno de naturales, ya que la especificidad de cada disciplina impacta en la forma en la que se interpretan los textos.
El capítulo 2 tiene un excelente título: «¿es internet una gran biblioteca y los buscadores sus bibliotecarios?». El objetivo de esta parte del libro es arrojar luz sobre cómo trabajan los buscadores. Entre la acción de colocar palabras claves para la búsqueda y los resultados que un buscador arroja, hay un mecanismo invisible con efectos importantes sobre los resultados, que resulta fundamental conocer para poder evaluar la información a la que llegamos en internet.
En este capítulo además, las autoras incluyen algunos dibujos y reflexiones de alumnos acerca de cómo se imaginan el funcionamiento de un buscador, por ejemplo: «Yo me imagino que la persona que hizo Google, Wikipedia, saca información de los libros, lo que aprende en el colegio y todo lo demás y después pone la información en las páginas y listo» (Yanina, 4° grado).
Aquí entonces lo importante es develar el mecanismo de selección, organización y jerarquización que llevan a cabo los buscadores.
Desde el capítulo 3, las autoras comienzan a trabajar sobre las condiciones didácticas. Una de las primeras es que la búsqueda debe formar parte de una actividad más amplia que le otorgue sentido a la búsqueda.
Otra condición clave es que los alumnos comiencen a buscar en internet con una aproximación previa a los contenidos de forma de llegar al momento de la búsqueda con «preguntas genuinas y más ajustadas, comprendiendo el sentido conceptual de la consulta».
A lo largo de este capítulo se analizan los procesos de lectura en internet de dos grupos de alumnos de primaria, se presentan capturas de pantalla y diálogos entre los alumnos.
A partir de ello, se ofrecen algunas conclusiones de gran utilidad para docentes. Pareciera que las acciones de los alumnos se basan en la idea de que el buscador interpreta lo que el usuario necesita y arroja resultados que no requieren ser verificados como si fuera un bibliotecario. Los desafíos, entonces son muchos. Los alumnos deben comprender que el buscador arroja resultados sin reparar en su significado (búsquedas sintácticas), de forma fragmentada y descontextualizada.
Por lo tanto, recae en ellos el desafío de de evaluar la pertinencia (si lo que encuentran responde a sus propósitos de búsqueda) y confiabilidad (si la información proviene de fuentes autorizadas) de los resultados, así como recontextualizarlos e interpretarlos a la luz de un determinado contenido que impone sus propios desafíos conceptuales.
Aparecen entonces dos lógicas que los alumnos deben dominar: la del conocimiento disciplinar y la del buscador. Así podrán posicionarse de forma crítica frente a los textos, construir hipótesis e interpretarlos.
«Se torna imprescindible diseñar nuevas condiciones de enseñanza para que tanto las interpretaciones que los alumnos realizan en las búsquedas como sus criterios de selección sean objeto de reflexión y de intervenciones precisas de los docentes».